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Choque de reminiscencia

En Enero leí el libro Momentos mágicos (The Power of Moments: Why Certain Experiences Have Extraordinary Impact).
En este libro los hermanos Heath nos invitan a ser estratégicos y tomar más control de nuestras experiencias y los momentos que vivimos.
Además, presentan varios conceptos interesantes, entre ellos, el choque de reminiscencia.

Estos tres extractos del libro me parecieron clave para reflexionar sobre este concepto:

“Si preguntamos a la gente mayor sobre sus recuerdos más intensos, las investigaciones demuestran que suelen remitirse de forma desproporcionada a un mismo período, entre los quince y los treinta años.
Los psicólogos denominan este fenómeno «choque de reminiscencia». La razón por la que recordamos tan bien nuestra juventud es que es… una época de primeras veces; las primeras relaciones sexuales, los primeros trabajos, los primeros viajes sin padres, la primera vez que uno se va de casa, la primera vez con opciones reales de elegir qué hacer con nuestras vidas».
La novedad incluso cambia la percepción del tiempo.

[…]
En un experimento llevado a cabo por Vani Pariyadath y David Eagleman, del Baylor College of Medicine, se mostró a los participantes una serie de imágenes.
La mayoría de ellas eran idénticas, pero de vez en cuando aparecía una imagen nueva: zapato marrón, zapato marrón, zapato marrón, zapato marrón, zapato marrón, despertador, zapato marrón, zapato marrón, etc.
A pesar de que todas las imágenes se mostraban durante el mismo intervalo de tiempo, los participantes no lo percibieron así. Estaban convencidos de que el despertador —la imagen que rompía el patrón— se había mostrado durante más tiempo.
Este equívoco se conoce como «efecto bicho raro». Eagleman, neurólogo, argumentó que lo que causa el efecto bicho raro es, de hecho, el desinterés de nuestro cerebro por la foto del zapato marrón.
La disparidad resultante en la «densidad» de nuestra memoria —muchos apuntes para el despertador, pocos apuntes para el repetitivo zapato— lleva al equívoco de que el despertador se ha mostrado durante más tiempo.

[…]
Hay que aprender a reconocer nuestros propios guiones. Jugar con ellos, indagar, alterarlos. No siempre, sólo lo necesario para que esos zapatos marrones sigan pareciendo nuevos. Al saltarnos el guion podemos establecer un conjunto más amplio de recuerdos.
Tal como lo plantean los autores del libro Surprise, «Nos sentimos más cómodos cuando las cosas son certeras, pero nos sentimos más vivos cuando no lo son».”

Esa idea de reconocer nuestros propios guiones me parece clave. Si lo pensamos, seguimos varios guiones en nuestra vida. Algunos los hemos creado nosotros tal y como hemos establecido rutinas y hábitos, otros nos han venido dados.

Es posible que tengamos motivos de peso para seguir algunos de ellos, no podamos “alterarlos” o incluso los disfrutemos tal cual los vivimos y no nos interese cambiarlos en absoluto, pero no está de más entrenarse para detectarlos y pensar en cómo desafiarlos.

Algunos ejemplos que veo de estos guiones podrían ser:

  • Juntarse en Navidad/año nuevo con determinadas personas y celebrar siempre de la misma forma “especial” (zapato marrón?) esas fiestas. En general hacer algo especial por una fecha en concreta (por ejemplo, cumpleaños, aniversario…)
  • Escribir por WhatsApp a ciertas personas (con las que no hablamos nunca) por su cumpleaños para enviarles un mensaje más o menos prefabricado.
  • Planificar vacaciones en Agosto, Semana Santa, Navidad u otro periodo marcado como “especial” (zapato marrón?) en el calendario.
  • Delegar todo tu ocio y vida social a los fines de semana.

Al igual que nos puede parecer mejor percibir nuestros salarios en doce pagas en lugar de catorce para poder tener más control de nuestras finanzas personales, no está de más reflexionar en cómo podemos ganar más control de los guiones que seguimos en la vida y romperlos de forma estratégica cuando sea necesario.

Como conclusión, vivir en modo automático puede llevarnos a percibir que nuestra vida es más corta de lo que realmente es; además, los momentos “especiales” no siempre lo son si forman parte de un guion predefinido.

Asier Marqués
Blog personal y reflexiones sobre gestión de ingeniería de software.