Cierra los ojos
¿Qué opinas de todo lo que te rodea? ¿Tiene el mismo sentido o importancia que hace unos segundos, cuando podías ver cada cosa o persona que está a tu lado?
¿Cambiarías alguna de esas cosas o personas por otras si no pudieses verlas nunca más?
Como algunos ya sabéis, he estado algo así como un mes y una semana fuera de toda actividad relacionada con un ordenador y por lo tanto, con mi trabajo y prácticamente mi vida. Me he recuperado de una enfermedad bastante grave en la córnea del ojo derecho que me llegó incluso a impedir encender la luz de cualquier habitación en la que me encontrase.
Varias semanas a oscuras, sin poder casi dormir por el dolor, sin poder leer nada, ni acercarme a un ordenador y por lo tanto hacer prácticamente nada de lo que estaba acostumbrado y "necesitaba" hacer. Un parón en la dinámica asumida mucho más didáctico que unas vacaciones.
Desde hacía tiempo sentía que algo estaba mal en mi vida y no podía dejar pasar una oportunidad tan buena de recapitular acerca de lo que era, de los errores o no que había cometido, de si lo que había hecho era lo correcto o no, de si lo que me obsesionaba era importante o no, de si era lo que realmente quería o lo que realmente me conduciría a lo que realmente quería y de si todo eso finalmente importaba en absoluto.
Mi forma de pensar, mi forma de vivir, mi forma de no vivir, mi forma de trabajar, mis relaciones, mis intentos de relaciones y de todo eso, todo lo que me fastidiaría poder no hacer ni ver, todo lo que cambiaría y haría que me plantease si mi vida era digna de vivir sin poder ver.
Siempre me ha resultado curiosa la forma tan fácil que tenemos de obsesionamos con la tecnología que usamos, la gente técnica a la que ésta nos apasiona. Hacer que todo esté perfecto, si eres programador que todo este aislado, sea abstracto con elegancia, que tenga toda la funcionalidad que nadie va a usar, que aguante un trabajo que nunca va a realizar y que esté preparado para ser reutilizado en proyectos que nunca vas a llevar a cabo o poder terminar. Nos importa el código, la herramienta, no lo que intentamos hacer, para quién lo estamos haciendo, lo que intentamos cambiar y la finalidad real pasa a ser tan irrelevante como nuestra vista. No es muy distinto a vivir sin poder ver o sin que nadie pueda vernos, dos cosas que parecen distintas pero que en algún modo se parecen mucho.
No necesitamos ver las cosas que carecen de importancia al igual modo que no necesitamos que ellas estén continuamente observando cada detalle de nuestra vida, pero reconozco que mirarlas en ocasiones es bastante entretenido. Pero a pesar de su entretenimiento es insuficiente, sobretodo para ser feliz.
Lo imperfecto, lo que consideramos imperfecto a veces, pero que está a nuestro lado y funciona o nos comprende o no nos comprende pero escucha y está a nuestro lado, es lo que muchas veces más importancia tiene y es lo primero que echamos en falta cuando buscamos lo que necesitamos ver. Necesitamos hacer y coleccionar más cosas imperfectas que no carezcan de importancia, cosas dignas de ver y difíciles de olvidar, con estilo, personalidad y que nos digan por sí mismas de una forma tremendamente rabiosa por qué son tan importantes.
Todo lo que tenga oportunidad de ver en cada momento de mí vida debe ser difícil de olvidar y debe decir por sí mismo lo rabiosamente importante de ver que es. Y si en algún momento no encuentro algo así, tendré que crearlo o provocarlo. En el caso que no lo haga he aprendido que sería irrelevante ver nada o a nadie, al igual que nadie me vea. Podría decirse incluso que en esencia, daría igual existir.
PD: He vuelto.